Es momento de renovar el acuerdo.
El acuerdo que los humanos tenemos con el espacio que habitamos: el Planeta Tierra y el Sistema Solar Planetario.

Ya no podemos ser solo meros usuarios o consumidores del espacio.
Se terminó el crédito para ser predadores. Se terminó la licencia para consumirnos la vida, la propia y la del planeta.

El acuerdo entre los humanos está roto, por el solo hecho de que no nos hemos hecho parte en forma consciente del pacto que tenemos con el espacio. Es momento de reconocer este orden: el espacio es primero, el tiempo está después.

En una civilización que prioriza el tiempo, en una sociedad que vive en constante aceleración, nos tocó detenernos, parar. El espacio primero, el espacio entre nosotros, nuestra casa, nuestro cuerpo. El tiempo está después. El espacio es atemporal.

Es momento de reconocernos recursos del espacio que es el Planeta Tierra. Nos toca arrodillarnos y humillar la omnipotencia que nos llevó a esta fragilidad sistémica.

El piso que pisas, el cuerpo que habitas, no es gratis. Estamos subsidiados por la realidad del sistema. El subsidio hoy nos exige una responsabilidad sistémica: agregar valor a la realidad y agregar valor a la vida.

Un humano sistémico es un humano que se reconoce parte del sistema, su sujeción es lógica, no mística. Ese humano sistémico que asoma, ese humano que nace es el que se para y se pone de pie.

Sebastián Valentín Llanos

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